Un animal realiza otras actividades que le son propias y por
las cuales se diferencia del grado inferior.
Las actividades propias de un animal son el conocimiento
sensible, el apetito sensible y la locomoción.
- Por el conocimiento sensible, los sentidos reciben la forma
de un objeto concreto, pero no su forma esencial, se perciben sus accidentes.
En efecto, sólo pueden recibir la forma de los objetos; si
también asimilarán la materia de los mismos, los objetos conocidos se
destruirán. "La sensibilidad recibe las formas sensibles sin la
materia".
Pero, por otra parte, por el conocimiento sensible se
asimilan formas accidentales, puesto que los animales no conocen la esencia de
los objetos, y, por lo tanto, no forman conceptos universales.
Un perro, por ejemplo, ve éste árbol que tiene delante,
pero no posee el concepto universal de árbol. Si percibe, en cambio, los nodos
en su madera o el tamaño de sus hojas, pero éstos son accidentes, puesto que
si el árbol no poseyera nudos en su tronco, o si se le hubieran caído las
hojas, igualmente sería un árbol.
- Por el apetito sensible el animal desea o rechaza aquello
que le muestran los sentidos. Así, por ejemplo, ve el alimento y lo desea.
- La locomoción le permite al animal dirigirse o apartarse
del objeto en tanto lo desee o lo rechace.
Llegamos de éste modo al estrato superior en la escala de la
Naturaleza, que está constituido por el ser humano. Y Aristóteles lo considera
el superior porque, siguiendo la gradación que veníamos exponiendo, el hombre
reúne las perfecciones de los niveles anteriores, pero agrega otras que le son
propias.
En efecto, el alma humana posee la facultad intelectiva, que
no se da en los anteriores y, anexa a ésta facultad, posee el apetito
intelectual o voluntad.
- El conocimiento intelectual:
Aristóteles, dice que
el hombre es un animal racional. Lo considera una especie dentro del género de
los animales y se diferencian de los demás por su alma racional.
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