viernes, 13 de abril de 2012

Aristóteles parte 2

Un animal realiza otras actividades que le son propias y por las cuales se diferencia del grado inferior.
Las actividades propias de un animal son el conocimiento sensible, el apetito sensible y la locomoción.
- Por el conocimiento sensible, los sentidos reciben la forma de un objeto concreto, pero no su forma esencial, se perciben sus accidentes.
En efecto, sólo pueden recibir la forma de los objetos; si también asimilarán la materia de los mismos, los objetos conocidos se destruirán. "La sensibilidad recibe las formas sensibles sin la materia".
Pero, por otra parte, por el conocimiento sensible se asimilan formas accidentales, puesto que los animales no conocen la esencia de los objetos, y, por lo tanto, no forman conceptos universales.
Un perro, por ejemplo, ve éste árbol que tiene delante, pero no posee el concepto universal de árbol. Si percibe, en cambio, los nodos en su madera o el tamaño de sus hojas, pero éstos son accidentes, puesto que si el árbol no poseyera nudos en su tronco, o si se le hubieran caído las hojas, igualmente sería un árbol.
- Por el apetito sensible el animal desea o rechaza aquello que le muestran los sentidos. Así, por ejemplo, ve el alimento y lo desea.
- La locomoción le permite al animal dirigirse o apartarse del objeto en tanto lo desee o lo rechace.
Llegamos de éste modo al estrato superior en la escala de la Naturaleza, que está constituido por el ser humano. Y Aristóteles lo considera el superior porque, siguiendo la gradación que veníamos exponiendo, el hombre reúne las perfecciones de los niveles anteriores, pero agrega otras que le son propias.
En efecto, el alma humana posee la facultad intelectiva, que no se da en los anteriores y, anexa a ésta facultad, posee el apetito intelectual o voluntad.
- El conocimiento intelectual:
Aristóteles, dice que el hombre es un animal racional. Lo considera una especie dentro del género de los animales y se diferencian de los demás por su alma racional.

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